Una Historia Sencilla
Es la primera vez que
leo una crónica.
La verdad al principio me costó adaptarme al género. Tan
acostumbrada a los cuentos y novelas que una parte mía quería agregarle e
inventarle cosas a esas primeras páginas. Me sentí rara, sabía que estaba
esperando algo que no iba a pasar. Vendrían datos como en un informe o una
investigación. Sin embargo Una Historia sencilla de Leila Guerriero me sorprendió.
Pasando los primeros capítulos, el libro me atrapó. Sin darme cuenta en que
momento sucedió no pude parar de leer. (igual es un libro corto jeje!). La
sensación es que estaba al borde de suspender un libro hasta que me absorbió
para adentro como si me hubiese caído en un embudo. Confieso que nunca hubiese
elegido el libro en una librería, sino fuese porque me recomendaron a la
autora. La historia del malambo no me entusiasma. Leila usa las palabras
perfectas para transmitir que hay un mundo inmenso de emociones y experiencias
que cada enero aparece en Laborde. La primer frase del libro anticipa
claramente lo que es: “ Esta es la historia
de un hombre que participó en una competencia de baile” Ni más ni menos es exactamente
eso. Leila sigue a este participante Rodolfo, y para mí creo que calmó las
ansiedades de la ficción de encontrar un personaje central. Aunque al principio
solo quería saber si ganaba o no el concurso, las palabras de Leila logran
correr ese foco y ponerlo en la vida cotidiana. Esto para mí es la clave del éxito del libro. Plasma de manera única los
sacrificios, esfuerzos de este participante Rodolfo a lo largo de los dos años que
lo conoce. La trama ya pasa por esa historia, que implica un estilo de vida que
deja todo en un baile de cuatro a cinco minutos. Eso es todo el tiempo que
lleva el baile de malambo. Todos quieren ser campeones, probarse a sí mismos que tienen lo que
se necesita. Como lectora me sentía identificada con las preguntas que Leila plantea
en el transcurso del libro. Ser campeón de malambo en Laborde significa coronarse
para nunca más competir en malambo. Es algo tan difícil de entender. De alguna
manera Leila lo logra. Hay partes del libro donde la tensión previa a subir al
escenario se siente y cuando ella narra que lo ve a Rodolfo leyendo la biblia
en la intimidad sin saber si debería salir o no del camarín, es una de mis
partes favoritas. Es una historia sencilla que es digna de
ser narrada más allá del concurso y eso es lo que Leila invita a descubrir.
(Foto de Internet) |
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